martes, 22 de enero de 2013

¿Estamos dónde tenemos que estar?


CEP Gran Canaria Noroeste.
Por Freya Ortega Frugoni

Para entender por qué somos como somos y  actuamos como   lo  hacemos y por qué los adolescentes y sus profesores están como están, puede sernos de ayuda el adoptar  una perspectiva sistémica   desde la cual la comprensión del adolescente no se concibe sin la consideración de los  sistemas a los que pertenece y en los que su vida se desarrolla: el sistema familiar, el escolar y el social, perspectiva desde la   que nuestra relación con el mundo se considera como un proceso activo y personal, que se mueve en espiral y que está vinculado por relaciones de interdependencia con el contexto en que se desarrolla.

En este sentido la Pedagogía Sistémica es la educación que nos capacita para contemplar, ubicarnos y relacionarnos adecuadamente con los sistemas que nos rodean y con aquellos a los que pertenecemos. A través de diferentes técnicas, entre ellas los “movimientos sistémicos” que nos muestra el funcionamiento y la composición de estos, y a descubrir si existe el orden necesario entre ellos, si estamos correctamente vinculados y ubicados, si cada cual ocupa el lugar que le corresponde, restableciendo el equilibrio en los mismos.

Si consideramos que la vida es un proceso de Enseñanza Aprendizaje en sí, la Pedagogía Sistémica contribuye a educarnos para la vida y sobre la vida, ampliando nuestra mirada y nuestra conciencia, mostrándonos los componentes de los procesos y de los problemas e indicándonos las direcciones de la solución a través de intervenciones estratégicas breves y sencillas cuya finalidad última no es tanto terapéutica como educativa.

En esta línea existe una inquietud de trabajo enfocada hacia la solución y quizás más práctica que  la de soñar con que la sociedad fuera diferente. Cuando hay fracaso escolar, entendido como la no consecución de los objetivos de Enseñanza-Aprendizaje establecidos para la etapa específica; o cuando contemplamos la violencia en el aula, generalmente cabe pensar en que hay desorden intra o intersistemas y por ello la mirada de uno o varios de los implicados en el sistema educativo: familia, escuela y alumnos no está correctamente dirigida, ni en consecuencia lo están la ubicación y las lealtades, derivando en que no se disponga de la fuerza necesaria para el acto educativo como cuando cada cual ocupa su lugar.

En cualquier caso, el objetivo final de la Pedagogía Sistémica es contribuir a restablecer el equilibrio intra e interpersonal para beneficio de las generaciones pasadas, actuales y futuras. Y la cuestión a plantearnos es: ¿Estamos en el lugar que debemos ocupar en cada uno de los sistemas a los que pertenecemos?

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